Evergrande ha admitido que probablemente no pueda cumplir con el pago de sus adeudos que alcanzan un valor de alrededor de 300,000 millones de dólares, y el próximo 23 de septiembre deberá cubrir un cupón por 85.3 millones de un bono con vencimiento en 2022 cuando la semana pasada anunció que no tenía la certeza de poder cumplir con su pago poque enfrenta serios problemas de liquidez. Resultado: en la Bolsa de Hong Kong sus acciones se desplomaron un 10.63% el 20 de septiembre, registrando su menor nivel de cotización en más de 11 años. En el resto del mundo algunas de las principales bolsas de valores también sufrieron importantes retrocesos.
¿Por qué le preocupa al resto del mundo lo que suceda con Evergrande? China es la economía más grande del mundo y el sector inmobiliario representa alrededor del 29% de su PIB por lo que, de acuerdo con los analistas, su quiebra significaría la destrucción de 200 mil empleos directos y 3.8 millones de indirectos lo que tendría un efecto económico similar a lo que sucedió en el 2008 cuando el banco de inversión Lehman Brothers se declaró en bancarrota provocando una crisis financiera global que para México significó sufrir la peor recesión económica en 70 años pues la economía se desplomó 6.5 por ciento.
Otros analistas señalan que, aunque el impago de Evergrande, fundada en 1996, sí tendría importantes repercusiones en la economía China, en el resto del mundo sus efectos no serían tan catastróficos, al menos no como ocurrió entre 2008 y 2009 aunque la incertidumbre y volatilidad podrían incrementarse significativamente en los mercados financieros.
Cabe mencionar que los problemas de solvencia de la inmobiliaria, conocida por emitir bonos con los que financiaba su vertiginoso crecimiento, se hicieron evidentes cuando en agosto de 2020 el gobierno anunció medidas para controlar el endeudamiento del sector inmobiliario que se encontraba en riesgo tras el freno económico producido por la pandemia.
A partir de esa política Evergrande comenzó a estructurar un plan para reducir sus pasivos a la mitad hacia el 2023 y para ello puso a la venta propiedades con 30% de descuento y partes de sus negocios automovilístico y tecnológico. Sin embargo, no logró aliviar sus problemas de liquidez y sus calificaciones crediticias siguieron bajando, sus bonos perdieron valor y el precio de sus acciones se fue en picada. Y, de hecho, la firma inmobiliaria reconoció que no hay garantía de que pueda cumplir con sus obligaciones financieras en su situación actual. Otro factor que agrega incertidumbre es que el gobierno chino aún no ha tomado una posición respecto a lo que podría suceder con la inmobiliaria; no ha aclarado si saldrá a su rescate o si será reestructurada o liquidada.
El gigante inmobiliario chino se encuentra al borde de la bancarrota y amenazando el crecimiento de la segunda mayor economía del planeta. Con todo, es probable que al final de esta semana ya se tenga un panorama más claro de lo que podría suceder con Evergrande, China y el resto del mundo.
