Este dato encendió las alertas entre los analistas quienes dijeron que, de confirmarse este dato en noviembre, se ratificaría el estancamiento o desaceleración de la economía mexicana y obligaría a revisar a la baja los pronósticos de crecimiento para todo 2021 y 2022.
Por lo pronto, Citibanamex colocó su estimación de crecimiento del PIB en 5.0% para 2021 y en 1.9% para 2022 (sus proyecciones anteriores eran de 5.9% y 2.7% respectivamente). Destaca que entre los factores que explican la contracción del PIB en el periodo julio – septiembre están los efectos de la nueva ley de outsourcing en los servicios de apoyo a los negocios. Ya el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IGAE) de agosto indicaba daba indicios de que la caída en la actividad económica era resultado de una contracción profunda de los servicios profesionales, corporativos y de apoyo a los negocios.
Otros analistas también ponen el énfasis en la menor expansión económica de Estados Unidos y la moderación de la recuperación de la demanda interna afectada por la “tercera ola” de Covid-19 por la variante delta a nivel mundial, así como los problemas en las cadenas de suministro y una tasa de inflación persistentemente alta.
Cabe anotar que el repunte de la pandemia limitó la recuperación de actividades relacionadas con el comercio, restaurante y hoteles, así como el turismo. La industria registró un mejor comportamiento gracias a la recuperación que se observa en la construcción, pero las manufacturas se han visto seriamente afectadas porque uno de sus componentes más importantes -la industria automotriz- ha registrado importantes caídas.
En su comparación anual el PIB total registró un avance real de 4.8% respecto al tercer trimestre de 2020 cuando registró un desplome del 8.7% respecto al mismo periodo de 2019. Por actividades económicas, las secundarias crecieron 5.4%, las terciarias 4.5% y las terciarias 0.5 por ciento.
Las cifras definitivas del crecimiento del PIB serán publicadas por el Inegi el próximo 25 de noviembre de 2021.