De acuerdo con datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el índice de precios subyacente (excluye los productos con alta volatilidad de precios) avanzó 4.92% a tasa anual en tanto que el índice de precios no subyacente (productos con alta volatilidad en sus precios) tuvo un incremento anual de 9.37 por ciento.
Cabe anotar que los incrementos de precios al consumidor más elevados en septiembre se registraron fue en los productos agropecuarios con un 10.41% y en los energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno al presentar un alza de 8.55% respecto al mismo mes del 2020.
Se espera que la tendencia del índice inflacionario siga con una tendencia ascendente en los siguientes meses y que cierre el 2021 en un rango de 6.1 a 6.6% al identificarse mayores riesgos al alza para la inflación.
Hacia 2022 el panorama es que sigan las presiones inflacionarias derivadas, entre otros factores, de la depreciación del tipo de cambio, el incremento en algunos energéticos y commodities (materias primas) y el próximo aumento en el salario mínimo.
Todo esto, dicen los analistas, está generando un entorno de inflación elevada con relación a lo que habíamos venido observando en los últimos 10 años, en un contexto de menor crecimiento económico además de que prevén más incrementos en las tasas de interés de referencia por parte del Banco de México (Banxico) que, además, prevé que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) regrese a su nivel objetivo hacia el 2023. Actualmente la tasa se ubica en 4.75 por ciento.
En lo que se refiere a los precios al productor, estos aumentaron 7.09% en septiembre a tasa anual, su nivel más elevado en tres meses, ante mayores efectos de los cuellos de botella en las cadenas globales de valor, así como altos precios de materias primas.