Sí, le lleva la delantera a Tesla en número de vehículos fabricados, pero también en la asequibilidad de sus unidades y esto se debe, dicen los analistas, a que esta marca inició como fabricante de baterías que ahora utiliza en sus productos. En cambio, Tesla tiene que recurrir a la proveeduría de terceros. Resultado: la firma china es más rentable.

China es hoy el productor número uno de vehículos (casi triplica la producción estadounidense), sector que brilla en una economía que se tambalea por una grave crisis inmobiliaria, desempleo récord y creciente tensión en su relación comercial con Estados Unidos y la Unión Europea, que son mercados de exportación para sus vehículos eléctricos o VE.

BYD fue fundada en Shenzhen en 1995 e inició fabricando baterías recargables –utilizadas en smartphones, portátiles y otros aparatos electrónicos–. Se diversificó con la compra de Qinchuan Automobile Company, un fabricante estatal de automóviles. A principios de la década de 2000, el gobierno dio prioridad a la producción de energías renovables e introdujo subvenciones y desgravaciones fiscales. Para BYD fue el momento perfecto. Sus baterías se convirtieron en los motores que impulsarían los vehículos eléctricos.

Hoy, China domina la producción mundial de vehículos eléctricos, en gran parte gracias a BYD. Y Pekín quiere mantener ese liderazgo: el pasado mes de junio ofreció a este tipo de automóviles exenciones fiscales por valor de 72,300 millones de dólares en cuatro años, el mayor incentivo en un momento en que las ventas se han ralentizado.

Las baterías son uno de los componentes más caros de los autos sin emisiones, y fabricarlas internamente ahorra mucho dinero a BYD. La competencia, como Tesla, recurre a terceros para fabricarlas.

Y la empresa china también parece tener éxito más allá de este mercado: a principios de año superó a la alemana Volkswagen como la marca de coches eléctricos más vendida en China.

Hoy, Tesla es el mayor exportador de vehículos eléctricos fabricados en China y el segundo mayor vendedor de estos en China.

El carril se está estrechando para los fabricantes de automóviles tradicionales, cuyo negocio sigue impulsado por los motores de combustible. Los analistas predicen un cambio sísmico de aquí a 2030, a medida que aumenten los incentivos ecológicos para combatir el cambio climático.

En México, BYD lanzó su modelo Dolphin, un hatchback subcompacto, el pasado mes de septiembre. Es una de sus opciones más accesible en cuanto a precio. Es el cuarto modelo lanzado por el fabricante chino en el mercado mexicano, complementa una oferta integrada por los SUV, Tang y Yuan, y el sedán Han.