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El sector automotriz representa alrededor del 3% del Producto Interno Bruto (PIB), el 18% de la producción manufacturera y el 32% de las exportaciones mexicanas. En particular, la industria de autopartes –componentes destinados a los mercados de equipo original y refacciones– tiene una participación en el PIB manufacturero cercano al 8%, y brilla con luz propia, pues México es el cuarto productor mundial (antes están China, Estados Unidos y Japón) y absorbe más del 60% de la inversión extranjera directa (IED) que ingresa al sector automotriz nacional proveniente, principalmente, de Estados Unidos.
Entre los componentes que más produce y exporta ese mercado están los arneses, asientos y sus partes, motores de combustión interna, cajas de cambio, partes troqueladas, ejes, mecanismos de frenos, aparatos de aire acondicionado, bolsas de aire y cinturones de seguridad.
El principal destino de exportación de las autopartes fabricadas en México es Estados Unidos, país al que el nuestro dirige el 87.4% de su producción y ostenta una participación de mercado de 42.9% en el acumulado de enero a agosto de 2023; antes se había mantenido en alrededor de 40%. Cabe destacar que en el transcurso de una década, esta participación se ha incrementado en diez puntos porcentuales. Otros mercados relevantes son Canadá, a donde se exporta el 3.5% de la producción, y Brasil con el 1.9%. En cuanto a importaciones, Estados Unidos es, también, el principal país de origen con un 55.2%; le sigue China con un 13.9 por ciento.
DATOS RELEVANTES
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Varios factores se han sumado para fortalecer y colocar a la industria nacional de autopartes en el top 5 mundial, y con perspectivas de mantener su desarrollo con un comportamiento ascendente en los próximos años. Entre estos factores destacan los siguientes:
T-MEC (antes TLCAN)
La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, y después el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2020, han sido claves en el aumento del valor del contenido regional, al obligar a cumplir con las reglas de origen establecidas por el reshoring (la fabricación se desplaza del extranjero al mercado interno) y el nearshoring (traslado o reubicación a un país cercano o vecino).
El T-MEC aumentó las normas regionales de contenido de valor al 75% (en el TLCAN el porcentaje era de 62.5%) para que un auto se pueda exportar libre de aranceles a Estados Unidos o Canadá –al considerarse propio de la región–, y es este factor el que ha colocado a México como el destino idóneo para captar fabricantes de autopartes que antes operaban en países asiáticos, preferentemente.
NEARSHORING
La pandemia del COVID-19 propició el cierre de fronteras y un gran caos logístico en los principales puertos de mercancías del mundo (entre ellos los chinos), provocando la interrupción de la cadena de suministro global y un severo desabasto. La solución fue incentivar el nearshoring para reducir la vulnerabilidad de las cadenas de producción a eventos altamente estresantes de la economía, como lo fue la crisis de salud. Y México está justo al lado del mercado automotriz más grande del mundo (Estados Unidos), del cual, además, es socio comercial preferencial con el T-MEC.
De acuerdo con recientes estimaciones, de la inversión que ha recibido México por el nearshoring el 37% se ha dirigido a la fabricación de autopartes, y entre las naciones que están trayendo a nuestro país mayor capital con este esquema destacan China, con el 40%; Estados Unidos, 20%; Japón, 11%, y Alemania, 9%. En cuanto al mercado, su interés se ha centrado en la fabricación de componentes como baterías para autos eléctricos, chasises, transmisiones, interiores automotrices, rines de aluminio, manufactura de moldes y herramentales, componentes eléctricos, partes de inyección de plástico, partes para motor y ampliación de líneas.
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ELECTROMOVILIDAD
La producción y demanda de autos híbridos y eléctricos va en ascenso a nivel nacional y global. De acuerdo con la Industria Nacional de Autopartes (INA), la producción de vehículos eléctricos en México entre 2023 y 2030 será de 4.6 millones de unidades. En ese contexto, se está impulsando la cadena de proveeduría de componentes para la producción de vehículos eléctricos.
En la actualidad, México tiene 100 plantas proveedoras de autopartes que abastecen a tres armadoras líderes de vehículos eléctricos: Tesla, Rivian y Lucid Motors, y según datos de la INA existen alrededor de 70 proyectos de inversión relacionados con la electromovilidad en parques industriales, a los que se sumarían 30 más en los próximos dos años. Entre 2024 y 2025 se espera el boom de la inversión nearshoring en la industria de autopartes mexicanas.
La INA señala también, como ejemplo, que el 20% de un vehículo de Tesla está formado por autopartes hechas en México, y estima que con la construcción de su megaplanta en Nuevo León dicho porcentaje podría incrementarse a 30% en los siguientes cinco años. Aunque, los planes de arribo al país se han pospuesto más de lo esperado.
Por otra parte, es importante señalar que la política industrial del gobierno de México contempla entre sus líneas clave la producción de automóviles eléctricos, y tiene como objetivo que para el año 2030 el 50% de los vehículos elaborados en el país sean eléctricos. Así, la fabricación de baterías y la instalación de cargadores en todo el territorio nacional estará a la orden del día.
En el presente, varios fabricantes de automóviles han anunciado planes e inversiones para producir más vehículos eléctricos en sus plantas de México: General Motors, Stellantis, Ford, Audi y BMW. México es el país latinoamericano que más ha avanzado en la fabricación de este tipo de vehículos, por lo que el crecimiento de la industria de autopartes también ha ido de la mano. Además, la industria automotriz estadounidense anunció amplias inversiones para transformar su base productiva: de autos de combustión interna a vehículos eléctricos y autónomos.
GUERRA COMERCIAL EU. UU. VS. CHINA
La guerra comercial entre Estados Unidos y China es otra situación que ha desembocado en el incremento de aranceles a las importaciones procedentes del país asiático, entre estas, autopartes. Lo anterior explicaría la importante participación de la IED con el nearshoring en México y el incentivo de que nuestro país haya incrementado su participación a más de 40% en el mercado estadounidense.
Sí, la industria automotriz terminal y de autopartes se está transformando y entre los principales factores impulsores está la movilidad. El objetivo es hacer que las cadenas de proveeduría sean resilientes y limpias.
El nearshoring le está brindando a México un momento inmejorable para aprovechar y atraer más inversiones, y más aún en industrias que ya son altamente competitivas a nivel global, con una infraestructura sólida y de clase mundial (capacidad instalada, tecnología, talento humano), como la de autopartes.
La oportunidad se halla en sustituir las importaciones provenientes de países como China, Japón, Alemania, Corea, Tailandia, Vietnam, Taiwán, España, Malasia y Francia para satisfacer el mercado nacional, estadounidense y canadiense. La pregunta es: ¿México logrará crear las condiciones necesarias para atraer inversiones que suministren a las cadenas productivas mayor valor agregado? Se habla del reclutamiento de talento humano calificado y del suministro de infraestructura relacionada con el agua y energías limpias.