De acuerdo con David Uriel Hernández Becerril, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, “no hay registro sobre la periodicidad o lugares donde ocurre la bioluminiscencia, pero la mínima presencia de actividad humana o su ausencia ha hecho posible que se disperse a zonas donde antes se veía poco, como varias costas de México”.
Actividades humanas, como el turismo, limitan la distribución de especies en el planeta, y aunque genera recursos económicos y detona el desarrollo, también constituye una de las principales causas por las que se inhibe el crecimiento de comunidades marinas, pues contamina las aguas, el aire y el suelo.
La bioluminiscencia ocurre porque algunas bacterias, hongos, protistas unicelulares, gusanos, moluscos, crustáceos, insectos, peces y medusas tienen la capacidad de emitir luz mediante la conversión directa de la energía química en energía lumínica.