- Cubre muebles y pisos con plástico para evitar que se manchen.
- Usa cinta de pintor para proteger marcos de ventanas y puertas, así como otras áreas que no desees pintar.
- Resana cualquier agujero, grieta o abolladura.
- Utiliza una lija de grano fino para suavizar la superficie que vas a pintar. Esto permitirá que la pintura se adhiera mejor.
- Elimina el polvo con un paño.
- Aplica una capa de imprimación a la pared para incrementar la adherencia de la pintura, lograr un acabado más uniforme y ocultar imperfecciones en la superficie.
- Cada que termines de aplicar una capa de pintura permite que seque antes de aplicar la siguiente. Las capas que se necesiten dependerá del color y tipo de pintura. Usa un pincel o brocha para pintar los bordes de la pared donde el rodillo no puede alcanzar.
- Al concluir tu trabajo limpia y guarda el resto de pintura en un lugar fresco y seco.
Elegir la pintura adecuada garantizará que el resultado sea más duradero y te proporcione el aspecto deseado.