El 2020 vino a transformar al mundo en diversos aspectos: interacción social, hábitos de consumo, formas de comercialización y de trabajo, entre otros. El 2021 inició complicado, el tema central será la vacunación para lograr la inmunidad de rebaño, el regreso a la normalidad y la velocidad a la que se recuperará la economía porque lo único cierto es que la pandemia continúa causando estragos en la macro y microeconomía, y a nosotros nos toca hacer gala de capacidad de innovación y adaptabilidad para proteger nuestros negocios porque aún debemos lidiar con factores como:
A) La afectación a los procesos de suministro. Esto, ha sido una constante desde que el 23 de enero de 2020 se dio el primer bloqueo por el coronavirus en Wuhan, la ciudad china en donde todo parece indicar que inició la pandemia.
Las estrictas medidas que tomó China obligo al cierre de fábricas y vías de comunicación (principalmente terrestres y marítimas) aunque ello propicio que la “fábrica del mundo” reiniciara actividades manufactureras y comerciales en junio. No obstante, el intercambio comercial ha continuado afectado por la escasez de personal especializado en aduanas, la falta de disponibilidad de contenedores e incluso el abandono de mercancía en los puertos -entre otros factores-; todo esto dificulta la movilidad y agilidad con que se despachan los bienes intermedios y terminados entre los distintos países del mundo; y nuestro sector, al ser altamente importador, deberá lidiar con esta problemática por lo que resta del año. La medida precautoria, aconsejan los expertos, es hacer los pedidos con más anticipación además de adoptar un control de inventarios mucho más eficaz y en estrecha relación con nuestros proveedores.
B) La incertidumbre que genera la adopción de la Reforma Eléctrica recientemente aprobada por el Cámara de Diputados y que coloca al país en una posición vulnerable en cuanto a la confianza de los inversionistas, el incremento en el costo de suministro eléctrico y el retraso del país a la adopción de energías limpias que se está dando en el mundo.
C) La severa contracción de la economía en 2020 y la masiva destrucción de empleos, así como la pauperización del ingreso de millones de mexicanos que, de alguna manera, ha afectado nuestras ventas. El proceso electoral y la volatilidad que, de aquí a junio, podría generar sobre el tipo de cambio.
Estos son solo algunos de los puntos que, como sector, no podemos perder de vista y a los que debemos adaptar nuestros negocios. El reto es aprovechar la coyuntura para salir más fortalecidos y con más herramientas para enfrentar cualquier eventualidad que el futuro nos depare. La buena noticia es que, en el 2020, ya aprendimos algo.
Eduardo Casanova Islas