Concluyó el 2020, uno de los años más duros para México y el mundo en términos de salud y economía. Se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de México cayó alrededor de un 9%; la tasa de desempleo alcanzó un nivel máximo de 5.3%; y las ventas al menudeo —de acuerdo con datos de la ANTAD– reportaron desplomes de hasta dos dígitos entre abril y junio.
Con todo, el sector ferretero –esencial en la pandemia— logró salir avante y se ubicó entre las actividades comerciales menos afectadas gracias al impulso que la confinación tuvo sobre la demanda de productos de mejoras para el hogar y a su incursión en las ventas en línea, canal por el que la comercialización de herramientas ha comenzado a adquirir mayor importancia de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO). No obstante, la crisis dejó al descubierto las fortalezas y debilidades que nuestra industria tiene en este rubro y los puntos en los que debemos seguir trabajando.
Llega el 2021 y aunque ya hay vacunas para el COVID-19 aún nos espera, al menos, un primer trimestre muy complicado. El 19 de diciembre el Valle de México (Ciudad de México y el Estado de México) regresó a semáforo rojo y así permanecerá hasta el 10 de enero, aunque no se descarta que esta medida pueda extenderse un poco más.
En este contexto, el sector ferretero deberá enfrentar, entre otros, los siguientes retos: un año de bajo crecimiento después de un desplome de al menos un 9%; la restricción a la movilidad de la población y, por tanto, un bajo tráfico de clientes en el punto de venta físico (tienda) al menos en los próximos tres o seis meses; el incremento de la demanda de productos ferreteros vía online; y, la intensificación del uso de las tecnologías para desarrollar nuevos canales de venta, así como para hacer más competitivo los negocios a nivel operativo.
A favor estará la relativa estabilidad del tipo cambio, considerando que el sector ferretero es, por naturaleza, altamente importador. Los analistas estiman que fluctúe en un rango de entre 20.5 y 22.5 pesos por dólar, aunque con algunos lapsos de elevada volatilidad; uno de ellos podría darse en las próximas elecciones federales y estatales del 6 de junio.
En 2020 circunstancias inéditas exigieron soluciones innovadoras, capacidad para reinventarse y adaptarse a los nuevos requerimientos que el mercado nos exigió y que este 2021 nos seguirá exigiendo como parte del sector comercio. Bienvenido pues el 2021, no será un año fácil, pero sin duda ahora estamos mejor preparados para enfrentar los desafíos que se nos presenten en el camino ¡Suerte!
Eduardo Casanova Islas