Riesgo de recesión latenteEl Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden en que existe el riesgo y el peligro real de una recesión mundial en 2023. Apuntan que el crecimiento económico mundial camina al filo de una inflación que ya ha superado los máximos históricos, aderezada por los coletazos de la guerra de Rusia en Ucrania, el calentamiento global y las divisiones entre los líderes internacionales. Los organismos financieros internacionales externaron su preocupación por un riesgo creciente de una recesión global, alimentada por la deceleración de las principales economías y una inflación desatada que ha obligado a la Reserva Federal estadounidense (FED) a seguir subiendo las tasas de interés lo que, a su vez, aumenta las presiones de la deuda sobre los países en desarrollo y de la depreciación de sus monedas. Respecto a las economías avanzadas destacaron la desaceleración de su crecimiento. Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, alertó que “ajustar mucho la política monetaria y demasiado rápido, y hacerlo de manera sincronizada en todos los países, podría llevar a muchas economías a una recesión prolongada”. Por lo pronto, el FMI bajó su pronóstico de crecimiento global en 2023 como resultado de los impactos causados por la pandemia de COVID-19, la invasión de Rusia a Ucrania y los desastres climáticos en todos los países como los principales factores en el panorama económico actual. El FMI también ha destacado que en Estados Unidos el mercado laboral sigue siendo muy fuerte, pero está perdiendo impulso porque el impacto de los mayores costos de endeudamiento está comenzando a notarse. Respecto a China anota que su economía continúa acosada por las interrupciones en la cadena de suministro y la volatilidad en el sector de la vivienda propiciados por la COVID-19. |
Se puede decir de las recesiones económicas lo mismo que comentó León Tolstói sobre las familias infelices: que cada una lo es a su manera. Así, la que ahora asoma en el horizonte tiene peculiaridades que, potencialmente, la distinguen de las demás, al menos de las más recientes, como las generadas por la crisis financiera de 2008, por la crisis del euro de la década pasada y por la reciente pandemia del coronavirus.
A diferencia de las observadas en el pasado reciente, la que probablemente se materializará en los próximos trimestres será una moderación económica, en cierta medida, buscada por las autoridades económicas. En particular por los bancos centrales, principalmente en Estados Unidos, pero en menor medida también en Europa. Ambos subirán los tipos de interés hasta niveles contractivos para controlar las persistentes presiones inflacionarias y evitar así escenarios económicos aún más negativos.
Otra característica de la contracción de la actividad que se acerca es que se la ve venir. Es decir, no llegará de manera sorpresiva como la contracción económica generada por el coronavirus, o incluso como las provocadas por la quiebra de Lehman Brothers en 2008 y la crisis del euro en la década pasada. Aunque la respuesta adelantada de los agentes económicos a una ralentización económica esperada puede aumentar la probabilidad de su ocurrencia (el recorte preventivo de gasto de familias y empresas, por ejemplo, puede profundizar la desaceleración de la actividad), contribuye a controlar y superar sus efectos negativos.
Por último, es probable que la recesión que afrontarán al menos Europa y Estados Unidos en los próximos trimestres sea mucho menos severa que las observadas en los últimos tiempos. Las distorsiones económicas y financieras actuales no son tan significativas como las registradas en las crisis previas; en particular, los balances corporativos, de los bancos y de las familias son ahora más robustos que antes. Además, en comparación con la crisis de la COVID-19, esta vez estamos lidiando con una “enfermedad” conocida, para la cual ya disponemos de “vacunas”, lo que –desgraciadamente– no garantiza que se utilizarán adecuadamente o que no vayan a generar efectos secundarios.
Fuente: Enestor Dos Santos, BBVA Research. Texto publicado el 3 de octubre de 2022.