Y es en este contexto que la Universidad de Drexel en EE. UU. ha centrado sus investigaciones en la reducción de los costos de mantenimiento, desarrollando un aditivo que permite crear hormigón “autorreparable”.
Este innovador material hace posible que las estructuras fabricadas con él se autorreparen automáticamente, ya que las grietas se curan de manera autónoma mediante el uso de BioFiber, una fibra polimérica inspirada en la naturaleza (en el proceso de autorreparación de la piel).
Biofer está recubierta por un hidrogel cargado de bacterias y una capa protectora que responde a los daños; así, cuando se forma una grieta en el hormigón y se rompe la BioFiber, el agua penetra y hace que el hidrogel se hinche y sus bacterias produzcan carbonato de calcio para sellar la grieta y curar el daño.
Según los investigadores, BioFiber otorga al hormigón tres capacidades: autocuración, control de crecimiento de grietas y capacidad de respuesta a los daños. Todo esto contribuye a que las estructuras de hormigón sean más sostenibles y eficientes, al extender su vida útil y reducir la necesidad de reparaciones