Los resultados se presentan por tamaño de población y se clasifican en seis niveles de competitividad: muy alta, alta, media alta, media baja, baja y muy baja. En la edición 2022 del ICU las ciudades mexicanas avanzaron en sus actividades relacionadas con el turismo, y se incrementó el uso de servicios financieros y el número de sectores económicos activos. Entre los retrocesos se observa que se intensificó la incidencia delictiva y creció el consumo del agua per cápita.
Monterrey es la ciudad más competitiva en la categoría de más de un millón de habitantes, la siguen Saltillo, Guadalajara, Querétaro, así como la CDMX y la zona metropolitana (Valle de México). Mazatlán se ubicó como la más competitiva entre las que tienen de 500 mil a un millón de habitantes, y Los Cabos es el número uno de las ciudades entre 250 y 500 mil habitantes.
Monterrey, apunta el IMCO, tiene un elevado número de sectores presentes en la economía, un sector financiero que aporta altas tasas de crédito a las empresas y un mercado hipotecario con mayor penetración que el de la mayoría de las ciudades analizadas.
Mazatlán sobresale por un sector turístico atractivo y la estabilidad de su economía, además de ser la segunda ciudad con menos mortalidad infantil y con mayor tratamiento de agua en operación.
Los Cabos tiene una elevada percepción de seguridad y buenos salarios, aprovecha bien sus relaciones internacionales, en particular a través de su oferta hotelera. Por su parte, Piedras Negras tiene un mercado de trabajo eficiente, niveles de informalidad relativamente bajos y el mejor desempeño en materia de seguridad.
Las menos competitivas por tamaño de población son Cuernavaca, Cuautla, Cárdenas (Tabasco), y San Francisco del Rincón (Guanajuato). De acuerdo con el IMCO, para que las personas encuentren más y mejores oportunidades necesitan ciudades seguras, innovadoras y conectadas (movilidad).