“Para todo el país la tasa de informalidad tiene una pequeña caída, a esa velocidad yo calculé que más o menos necesitamos como 600 años para que tengamos un país con formalidad”.
Si bien el mercado laboral ha ampliado la participación de trabajadores en los últimos 30 años, en los que la gente trabajó más horas, estuvo más educada y la tasa de desempleo fue baja, la informalidad laboral no ha cambiado y las remuneraciones han bajado sobre todo en los niveles de educación más elevados. Con datos propios de sus investigaciones, Levy mostró que la tasa de informalidad de 0.48% en 1990 se movió a 0.47% en 2019.
La informalidad y las distorsiones del mercado laboral impiden avanzar a México en competitividad, pues el mercado de trabajo es uno de los factores más importantes para propiciar el desarrollo y crecimiento del país; y de acuerdo con lo arrojado por el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2022, persisten los retos sobre todo para el sureste del país en materia de salud, escolaridad y condiciones del empleo, muy distintos a los que representa la seguridad o la sostenibilidad medioambiental en otras regiones.
Aun así, se reconocen las mejoras de los recursos financieros y humanos para el sector salud y de infraestructura, los cuales permiten una mayor penetración del sistema financiero formal dentro de la sociedad.
Cabe mencionar que de acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), la informalidad laboral impacta a más de 31 millones de mexicanos, siendo más profunda la problemática en el sureste del país, aunque en el norte se ha mantenido elevada.