En general, los sectores consumidores de acero han sido impactados por una caída generalizada en el consumo, cierre de operaciones y disrupciones en la cadena de suministro. La expectativa para 2020 asume que desde junio, los países continuarán con la disminución gradual de las medidas de cierre de actividades al mantener controles de distanciamiento social, y que las principales economías siderúrgicas no sufran olas secundarias sustanciales de la pandemia.
El organismo, que aglutina el 85% de la producción global de acero, augura que el próximo año la demanda mundial de acero incrementará 3.8% respecto al saldo de este año. Apunta que América Latina es particularmente vulnerable debido a sus problemas estructurales internos acumulados, la inestabilidad política y la alta exposición a los precios de los productos básicos, por lo que se espera que la región vea una disminución sustancial en la demanda de acero en 2020 y solo una débil recuperación en 2021; pero como la región parece estar rezagada en la curva COVID-19, las perspectivas pueden deteriorarse aún más.
El acero es el material de ingeniería y construcción más importante del mundo. Se utiliza lo mismo en la industria automotriz, productos de construcción, y electrodomésticos que en buques de carga y bisturís quirúrgicos; además, es un metal que se puede reciclar una y otra vez sin que pierda sus propiedades.
México se ubica entre los 20 principales países productores de este metal. En 2019 reportó una producción de 18.5 millones de toneladas métricas; en tanto que, a nivel mundial, la producción ascendió a 1,869 millones. El principal productor de acero en el mundo es China. A nivel empresa, las palmas se las lleva ArcelorMittal (Luxemburgo), seguida de China Baowu Group (China).