Según Data México, el sector ferretero minorista empleaba a 522 mil personas a septiembre de 2022, y de estas el 36.9% eran mujeres. Cabe anotar que en el sector comercial total el porcentaje de participación femenina fue de 58 por ciento.

El ferretero continúa siendo un sector de hombres dirigido a hombres (plomeros, carpinteros, herreros, electricistas, albañiles, etcétera); no obstante, todo está en constante cambio y evolución, por lo que en la actualidad cada vez se emplean más mujeres y es más frecuente que al acudir a una ferretería una de ellas nos atienda con pleno conocimientos y habilidades en la materia.

De hecho, esto no tendría por qué ser distinto. En el mundo laboral, lo que los empleadores tendrían que evaluar son los conocimientos, habilidades y responsabilidad, entre otros factores, de su personal. En tal sentido, las mujeres en el sector ferretero (fabricantes, distribuidores mayoristas y comercio al por menor) demuestran esos requisitos en su actividad diaria, la percepción es que  “ser una mujer dentro del mismo cada vez es menos excepcional”.

Abriendo brecha

De hecho, existen antecedentes de ferreterías que fueron fundadas por mujeres hace 20, 30 o más años en duras condiciones de discriminación, en un mercado dominado por los hombres. Hoy, las hijas o nietas de esas mujeres están al frente de los negocios, trabajando para ganarse la confianza de sus clientes con base en su preparación y capacidad que les permitan brindar una asesoría de alto nivel.

En el presente, las hijas y nietas de las pioneras en el sector ferretero minorista son el relevo generacional del negocio familiar, encabezan sus negocios y buscan crecer en un cambiante y competido mercado en el que si no se innova y digitalizan los procesos se corre el riesgo de desaparecer.

Pero también están las nuevas generaciones de mujeres dispuestas a incursionar en el comercio ferretero porque les apasiona el universo de las tuercas, adhesivos y herramientas, entre otros muchos productos, y porque ven la oportunidad de participar en un sector que les ofrece un atractivo retorno de inversión y consideran que bien vale la pena arriesgarse. Oras participan de la mano de su pareja, tomando decisiones a la par.

En cuanto a las empleadas, su participación va en ascenso. No obstante, en opinión de algunas mujeres del sector, aún falta igualar las condiciones de oportunidad para ascender y obtener el reconocimiento de su trabajo en cuanto a remuneración, aunque esto no parece ser un tema exclusivo del sector comercial ferretero. De acuerdo con Data México, tanto en el sector comercial ferretero como en el total minorista, el sueldo promedio de los hombres superaba al de las mujeres (empleados de ventas, despachadores y dependientes) en poco más de un 20 por ciento.

El mundo cambia, la sociedad cambia y las generaciones más jóvenes no suelen plantearse si lo que tienen delante es un hombre o mujer a la hora de trabajar, negociar o asesorar. El reto es, entonces, generar un entorno profesional más justo y equitativo.

Un mercado ferretero cada vez más igualitario

Históricamente, los clientes de una ferretería son hombres porque también en los oficios de plomero, carpintero, herrero, mecánico, electricista o albañil ha predominado el sexo masculino. No obstante, las mujeres empiezan a hacerse presentes en estos campos de trabajo, y en los seminarios de capacitación al que convocan fabricantes y distribuidores mayoristas es cada vez más frecuente encontrarlas en trabajos otrora considerados exclusivos de hombres, y ese mercado también debe ser atendido por el sector ferretero minorista.

Por otra parte, el cliente femenino de las ferreterías se ha ampliado por el incremento en el número de hogares en el que el jefe de familia es una mujer o porque son ellas quienes están al pendiente de las reparaciones o mejoras que requieren sus hogares, por lo que acuden a las ferreterías y tlapalerías en busca de determinados productos o de asesoría.

En conclusión, en el sector ferretero de comercio minorista cada vez importa menos si el dueño, dependiente, asesor de ventas, etcétera, es hombre o mujer. Lo fundamental es que el negocio marche bien, de acuerdo con sus objetivos, y sea cada vez más sólido y rentable.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) destaca la importancia del trabajo de las mujeres en la economía: para 2030, el PIB podría ser 15% mayor que el PIB de 2020 si el gobierno y el sector privado implementan acciones para sumar a 8.2 millones de mujeres a la economía en los próximos 10 años.