Así, este sector pasó a ocupar el quinto lugar más relevante de la economía mexicana, al caer su participación promedio histórica en el PIB de 7.5% a 6% en 2022. La Obra Civil es el subsector que más creció, mientras que Trabajos Especializados se ha mantenido en la segunda posición.
Entre los factores adversos que la construcción en el país ha tenido que enfrentar en años recientes está el incremento de precios de materiales registrado desde finales del 2020, año en que la inflación superó el 5%; mientras que entre mayo de 2021 y octubre de 2022 los incrementos fueron de dos dígitos. Este 2023, los precios continúan subiendo, aunque a un paso más moderado.
Entre los productos que más se han encarecido desde 2021 se encuentran los de plástico, metálicos y equipos eléctricos, cemento y productos de concreto. Cabe anotar que una inflación elevada reduce la demanda al encarecer los productos y deteriora el margen de utilidad de los fabricantes por el mayor costo de los insumos.
Pese a lo anterior, de acuerdo con el reporte de BBVA Research hay varios indicadores que apuntan a que 2023 será un mejor año para la industria de la construcción, como resultado del crecimiento desacelerado en el costo de los insumos, la demanda de naves industriales y de vivienda alentada por el proceso de nearshoring y la expansión del comercio electrónico. Así, estima que este año registrará una tasa de crecimiento real, respecto a 2022, del 2.2% con variaciones positivas en los tres segmentos que lo integran: Edificación, 1.1%; Construcción Obras Ingeniería Civil, 4.8%, y Trabajos Especializados para la Construcción, 4.3 por ciento. Esto en un contexto de incremento de precios de los insumos de la industria del orden de 8.6% en promedio (en 2022 fue de 15.3 por ciento).