Mipymes en la construcción

Hoy tienen la disyuntiva de seguir operando de manera tradicional o invertir en la digitalización de sus procesos

Demografía de los negocios 2020

El Estudio sobre la Demografía de los Negocios 2020 (EDN) del INEGI brinda información sobre el panorama nacional de los establecimientos micro, pequeños y medianos que realizan actividades manufactureras, comerciales y de servicios privados no financieros que sobrevivieron, nacieron y murieron a 17 meses de concluidos los Censos Económicos de 2019.

De los 4.9 millones de establecimientos del sector privado y paraestatal registrados en los Censos Económicos 2019, 99.8% pertenecen al conjunto de establecimientos micro, pequeños y medianos. De éstos, el EDN 2020 estima que sobrevivieron 3.9 millones, que representan el 79.19%, mientras que 1 millón 10 mil 857 establecimientos (20.81%) cerraron sus puertas definitivamente.

El Estudio muestra que a 17 meses de concluido el levantamiento censal nacieron 619,443 establecimientos que representan 12.75% de la población de negocios del país. De mayo de 2019 a septiembre de 2020 se tiene una disminución de unidades económicas de -8.06%. Por tamaño de establecimiento, se observa que los pequeños y medianos tuvieron un mayor porcentaje de cierres definitivos (21.17% de muertes) en comparación con los establecimientos micro que tuvieron 20.80 por ciento de muertes.

Por actividad económica, en los tres grandes sectores la proporción de muertes fue mayor en relación con la proporción de nacimientos. La mayor proporción de muertes se registró en establecimientos de Servicios Privados no Financieros (24.92%), Comercio (18.98%) y Manufacturas (15%).

Por otro lado, el sector Comercio tuvo un 13.75% de establecimientos nacientes, mientras que los sectores de Servicios Privados no Financieros y Manufacturas tuvieron 12.85% y 8.78% respectivamente.

La mayor proporción de nacimientos de unidades económicas se dio en Tlaxcala con 19.31% de establecimientos nuevos, mientras que en Quintana Roo se dio la menor proporción con 7.67%, respecto al número de establecimientos existentes en 2019 en la entidad correspondiente.

Respecto a las muertes de establecimientos, en Quintana Roo se observó la mayor proporción de establecimientos que cerraron definitivamente (31.88%). Oaxaca fue la entidad con menor proporción de establecimientos cerrados con 13.70%, respecto al número de establecimientos existentes en 2019 en la entidad correspondiente.

En los establecimientos que dejaron de operar de manera definitiva laboraban casi 3 millones de personas y en los establecimientos que iniciaron operaciones laboran 1.23 millones de personas, mientras que los establecimientos sobrevivientes tuvieron una disminución de 1.14 millones de personas. De esta manera, se pasó de 14.66 a 11.77 millones de personas ocupadas, lo que representa una disminución de 19.68% con respecto a la población ocupada en mayo de 2019.

Recientemente celebramos el Día de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció su celebración el 27 de junio), las cuales son el pilar de la economía nacional e internacional. Como sucede con otras industrias, en la construcción estas compañías son vitales, más aún en el proceso de recuperación económica en el que nos encontramos, por lo que debemos destacar su gran aporte a pesar de las adversidades y, sobre todo, buscar soluciones para que sean más competitivas sin importar su tamaño.

La industria mexicana de la construcción ha atravesado por un periodo de retos y dificultades importantes derivados de la pandemia por COVID-19 y la baja inversión registrada en el último par de años. Los pronósticos de recuperación de la industria parecen ser alentadores para la segunda mitad de 2021, y el panorama de mejoría de esta industria estará marcado por una competencia intensa entre las empresas para la atracción de inversiones, y el reto de mantener ganancias a pesar de los vaivenes de la economía nacional.

En este contexto, las MiPymes constructoras –aproximadamente el 96% de las 12 mil empresas agremiadas a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) son MiPymes– tienen una disyuntiva clave ante ellas: por un lado, apostar a seguir operando de manera tradicional para concentrar sus recursos en mantener sus operaciones y márgenes de utilidad actuales, o aprovechar esta coyuntura para invertir en la digitalización de sus procesos, aumentando así sus rendimientos y capacidad operativa en un plazo de aproximadamente un año.

En un intento desesperado por competir, son los pequeños negocios los que en mayor medida todavía utilizan softwares convencionales, como correos electrónicos y aplicaciones de mensajería de uso cotidiano para comunicarse, documentos de Excel para registrar avances, sistemas básicos de alojamiento en la nube para almacenar información crucial, un software sólo para la contabilidad, sistemas ERP –Planificación de Recursos Empresariales– genéricos, entre otras herramientas; cada una independiente de la otra. Esto hace sumamente complicado interconectar la información de cada plataforma con las demás. A la larga, esto se verá reflejado en pérdidas económicas, algo decisivo para las pequeñas empresas, que comúnmente tienen márgenes sumamente ajustados.

 

El caso de cada compañía es único y cualquier decisión a futuro debe analizarse tomando en cuenta sus circunstancias particulares; sin embargo, es probable que las MiPymes constructoras que opten por la digitalización en el corto plazo adquieran una ventaja fundamental para encarar el proceso de recuperación económica. A continuación, compartimos algunos datos que pueden ayudar a estas empresas a evaluar esta decisión.

Aumentar la capacidad de operación sin aumentar el número de empleados

Sobre sus competidores más pequeños es la administración burocrática, con una base considerable de empleados organizados en diferentes divisiones de negocio para aumentar así su capacidad operativa. Sin embargo, gracias a la tecnología para la gestión de proyectos de construcción, esta situación puede revertirse para dar a las pequeñas empresas una ventaja aún mayor. Mientras que las grandes organizaciones enfrentan retos derivados de la segmentación de los procesos, la subdivisión de las responsabilidades y la creciente dificultad de conseguir una mirada integral de los proyectos, las MiPymes pueden lograr lo mejor de dos mundos con costos mucho menores.

En pocas palabras, pueden hacer más con menos capacitando equipos súper eficientes que pueden aumentar el volumen de construcción que cada uno puede administrar.

Mejorar la comunicación entre equipos y la fuerza laboral remota

Una comunicación eficiente entre la obra y la oficina a través de la metodología asociada al software de gestión en la nube puede traducirse en un aumento importante de la productividad de la mano de obra en campo, sobre todo, al documentar los avances e incidencias de la obra en tiempo real, lo cual facilita una reacción ágil de sus contrapartes de la oficina. En el mismo reporte, 7 de cada 10 contratistas especializados indicó una mayor productividad gracias a la facilidad de comunicación.

Esta actualización y visualización en tiempo real de los avances puede ofrecerse como un elemento adicional de transparencia atractivo para los clientes, que pueden dar seguimiento a su vez en tiempo real y enterarse de cualquier incidencia al instante.

La estandarización de proyectos significa una proyección precisa y menores riesgos de incumplimiento.

Todas las empresas de la industria saben que los sobrecostos derivados de presupuestos imprecisos y una mala facturación son uno de los principales retos en cada proyecto de construcción. Reducir costos irrecuperables con órdenes de cambio y tener una mejor protección en casos de litigio gracias a la documentación automatizada de cada operación, son otros de los beneficios que los pequeños negocios pueden experimentar gracias a la gestión digitalizada y centralizada de la información.

Es así como competir con las grandes compañías puede ser posible para las MiPymes constructoras que opten por una digitalización adecuada. En este sentido, es importante señalar que existe un concepto erróneo de que este tipo de software altamente especializado para la industria sólo es accesible para grandes empresas. Plataformas tecnológicas están apostando por la integración de las pequeñas empresas a la transición digital de la industria, para que la digitalización no esté al alcance de unos cuantos, sino que sea una opción real para empresas de todos los tamaños.

Si el proceso de digitalización que estamos viviendo actualmente en todos los ámbitos, tanto laborales y de la vida diaria alcanza a uno de los sectores menos digitalizados, como el de la construcción y a las micro, pequeñas y medianas empresas que conforman la base de la economía, esta industria será más resiliente y una palanca del desarrollo para el país en el futuro cercano.

*Texto elaborado por Luis Miguel Herrera, director de negocios de Procore Latinoamérica.

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