La reubicación de las cadenas productivas esenciales en países cercanos (nearshoring) fortalece la resiliencia de las cadenas de suministro y producción a escala global y, dada la proximidad geográfica y comercial con Estados Unidos y Canadá, esta tendencia ofrece una gran oportunidad para que la inversión extranjera directa (IED) se incremente en México. Así lo señala Javier García, director general de la Expo Nacional Ferretera.
García destaca la relevancia del nearshoring para atraer IED hacia áreas económicas vinculadas con las cadenas globales de valor (entre ellas la industria ferretera) o que muestran potencial para integrarse a ellas. Enfatiza que México y su industria ferretera deben aprovechar la tendencia de deslocalización de las cadenas productivas para impulsar su crecimiento.
Sin embargo, apunta que para aprovechar realmente el nearshoring el país debe ser proactivo e implementar políticas públicas encaminadas a aumentar su competitividad y atractivo para los inversionistas que buscan relocalizar las cadenas productivas; por ejemplo, invertir en infraestructura de acuerdo con las necesidades estructurales de cada estado, adoptar tecnologías para modernizar la industria ferretera y transformar los sistemas productivos nacionales con innovación y desarrollo tecnológico, así como garantizar el Estado de derecho para brindar certidumbre a los inversionistas.
La IED vía nearshoring se refleja en el incremento de su flujo de entrada al país, en los nuevos planes de las empresas transnacionales para invertir en territorio nacional y en la creciente importancia de México como proveedor de bienes al mercado estadounidense.
El sector de la construcción es de nodal importancia para impulsar el desarrollo de la economía por su capacidad para generar empleo e infraestructura. En México, esta industria ha transitado durante un largo periodo por años de estancamiento e incluso importantes retrocesos en su tasa de crecimiento, los cuales se acentuaron con la pandemia de 2020. No obstante, desde 2023 ya muestra signos de franca recuperación.
El Informe Nacional del Sector de la Construcción 2024, de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), destaca que su Producto Interno Bruto (PIB) creció 15.6% en 2023, mientras que la economía mexicana avanzó únicamente 3.2 por ciento. Los pronósticos de la CMIC para la industria al cierre de 2024 es que crezca a una tasa anual de entre 3% y 5%. Por lo pronto, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) mostró un crecimiento del 17.9% en el sector de la construcción durante el primer trimestre de 2024.
De acuerdo con los analistas del sector, el fortalecimiento de la capacidad de crecimiento de la construcción es el resultado del desarrollo tecnológico y del uso de herramientas innovadoras (industria 4.0), pues han permitido la automatización de procesos, así como la reducción de tiempos.
En ese sentido, la industria de la construcción ha adoptado distintos tipos de tecnología de conectividad, entre ellas: a) Dispositivos IoT (internet de las cosas) y sensores avanzados como la red 5G, la cual permite una conexión más rápida y mejor capacidad de transmisión de datos, facilitando con ello la implementación de sistemas de construcción inteligente a través de sensores que monitorean las condiciones ambientales, el estado estructural de las obras y la gestión de archivos; b) Realidad Aumentada (AR) y Realidad Virtual (VR), aplicaciones que permiten visualizar los proyectos de manera más realista y mejorar su planeación y ejecución; c) Maquinaria y equipos conectados; es decir, equipos de construcción equipados con sensores y dispositivos conectados que operan de manera más eficiente y segura con la ayuda de 5G; d) Seguridad y vigilancia, la transmisión rápida de datos de alta calidad permite la operación de sistemas avanzados de seguridad y vigilancia en sitios de construcción como cámaras de alta definición, análisis de video en tiempo real y control de acceso biométrico; y e) Comunicación y colaboración remota, lo que facilita la colaboración entre equipos de trabajo dispersos geográficamente.
En agosto, los mercados bursátiles han estado en constante vaivén, guiados por métricas sobre actividad económica, desempleo y precios que han servido de brújula en medio del incierto proceso cíclico de desinflación. Sin embargo, hay otro proceso aún más incierto que los mercados vislumbran, pero para el cual no cuentan con métricas claras que les sirvan de orientación: una crispación geopolítica que amenaza el orden internacional actual. Este riesgo es especialmente preocupante porque profundiza las trampas de crecimiento económico en las que tantos países se encuentran hundidos. Trampas que afectan a naciones en todas las etapas de desarrollo, desde las bien conocidas trampas de pobreza que afectan a la mayoría de los países, hasta las trampas del ingreso medio que hoy amenazan a China e India, y la trampa de la “japonización” que hasta hace no mucho era la mayor preocupación de las economías avanzadas.
Durante las últimas décadas, sólo algunos países han logrado escapar de dichas trampas, impulsados siempre por al menos uno de tres catalizadores: el descubrimiento y gestión eficaz de nuevos recursos naturales, como en Noruega; la difusión tecnológica, como en Taiwán y Corea del Sur; y la mejora institucional, como en Chile y Polonia. Y no es coincidencia que todos estos catalizadores hayan surgido bajo estrategias de apertura comercial.
¿Por qué no es coincidencia? Aunque el primer catalizador depende en gran medida de la suerte, su monetización es posible gracias al acceso a la demanda global. La difusión tecnológica, por otro lado, ha avanzado únicamente en aquellos países que se han expuesto de manera inteligente a la competencia internacional, obligándose a innovar para sobrevivir. En cuanto a la fortaleza institucional, un entorno regulatorio claro y la aplicación estricta de normas internacionales han sido fundamentales para contrarrestar los intereses monopólicos, tanto públicos como privados, y la corrupción, ambos obstáculos gigantescos para una innovación eficaz.
Por contrapartida, la crispación geopolítica que hoy vivimos podría acabar dinamitando dichas estrategias que, según un informe del Banco Mundial, desde 1990 han permitido que 34 economías de ingresos bajos o medios hayan alcanzado el estatus de países de altos ingresos.
Esto no es un detalle menor ya que son muchos los países que están batallando estas trampas. Naciones como Haití, Malawi y Afganistán enfrentan enormes desafíos para salir de la trampa de la pobreza, caracterizada por la falta de inversión en educación y salud, infraestructuras deficientes y un entorno político inestable.
La trampa de ingreso medio es un fenómeno que acecha a muchas economías emergentes que logran un crecimiento rápido inicialmente, pero luego se estancan con bajos niveles de ingresos medios y altos niveles de desigualdad. Esta trampa ha sido históricamente preocupante en América Latina y, más recientemente, para China. A medida que los salarios aumentan y la ventaja comparativa en mano de obra barata se desvanece, es necesario avanzar hacia una economía basada en el conocimiento. Sin embargo, sin la presión de los mercados internacionales, es difícil implementar mejoras institucionales que desafíen a las empresas establecidas, como la mejora de los derechos de propiedad intelectual y la reducción de la dependencia estatal o del abuso de poder de mercado.
Por último, la trampa de la “japonización”, caracterizada por un crecimiento lento, la protección de empresas zombies, dinámicas deflacionistas y una población envejecida, debe estar siempre en el radar de las políticas estructurales de los países desarrollados, incluidos Europa y América del Norte.
Así que, en un mundo donde el contexto geopolítico se torna cada vez más complejo y la desconfianza internacional sigue en aumento, el progreso futuro de todos está en juego. Lo que no está del todo claro es cómo esto afectará a distintos países. Como señalamos al principio, carecemos de las métricas necesarias para orientarnos, por lo que establecerlas debería ser nuestro primer paso para enfrentar esta cuestión. Comenzando por comprender la institucionalidad, la próxima encuesta Business Ready del Banco Mundial —la nueva versión del ya conocido Doing Business— promete ser un paso en la dirección correcta, al monitorizar el entorno empresarial, las normativas y la protección de los derechos de propiedad en diversas naciones. Mejorar este tipo de iniciativas no despejará por completo la incertidumbre, pero al menos permitirá navegarla con mayor claridad.
Texto de Sumedh Deorukhkar y Alejandro Neut. BBVA Research. Publicado en Expansión (España) el 26 de agosto de 2024.
Ingenieros de la Universidad de Princeton fabricaron un compuesto inspirado en la estructura del nácar, con el que desarrollaron un cemento 17 veces más resistente al agrietamiento y 19 veces más deformable antes de romperse que el cemento Portland.
El uso de nuevos materiales y la producción de edificaciones más resilientes, es decir, diseñadas para resistir y recuperarse de desastres naturales o de las inclemencias del clima (sismos, huracanes, entre otros), son dos de los temas más apremiantes para la industria de la construcción mexicana.
La fabricante de pintura Comex, parte del conglomerado internacional PPG, ha diversificado su portafolio de productos y lo mismo en la industria de la construcción que en las salas de exposición de arte con pinturas especializadas. El éxito de su estrategia para incursionar en más mercados se ha visto reflejado en el incremento de sus ventas: la compañía prevé un crecimiento del 5% solo en México hacia 2026.
En su edición 2021, el reporte de las 50 Empresas más innovadoras del mundo, elaborado por Boston Consulting Group (BCG), destaca la inclusión de algunas marcas relacionadas con el sector ferretero como Bosch (herramientas eléctricas y calentadores) y Philips (iluminación), en una edición que estuvo dominada por empresas de tecnología y de salud, por obvias razones.
La revista de arquitectura y diseño ‘eVolo’ organiza anualmente una competencia que reúne a arquitectos, estudiantes, ingenieros, diseñadores y artistas a nivel mundial; esto con la intención de diseñar un rascacielos, que implemente la más alta tecnología para resolver problemas económicos, sociales y culturales de la ciudad contemporánea, y esta fue su más reciente selección:
En el futuro electrificado del mundo, se prevé que la demanda de almacenamiento en baterías sea enorme, llegando a producir entre 2 y 10 teravatios-hora (TWh) anuales en 2030, frente a los menos de 0.5 actuales.
LONGi, firma de origen chino fabricante de módulos solares monocristalinos, consolida su liderazgo en la innovación en I + D en la industria fotovoltaica mundial al establecer nuevos récords de eficiencia de celda para TOPcon y HJT de tipo N y P.