Concluyó el primer cuatrimestre del 2022 y aún hay dudas sobre cómo terminarán el año las principales variables macroeconómicas. En la edición anterior, advertíamos que la inflación seguiría presente en el primer trimestre de este año y que después iniciaría un proceso de baja para llegar a diciembre en niveles cercanos al 4%. Hoy, algunos pronósticos indican que esto sucederá a mediados de 2023, pues la invasión de Rusia a Ucrania ha contribuido a presionar aún más los precios de los energéticos, alimentos y metales, además de prolongar los efectos nocivos de las interrupciones en las cadenas globales de valor. A lo anterior se suma que el fantasma de la COVID-19 aún sigue presente.

Por fortuna, no todo es negativo. Desde hace varias semanas el país se encuentra en semáforo verde, lo que significa que nos encaminamos a recuperar los niveles prepandemia de las actividades económicas. Por lo pronto, todo apunta a que en el primer trimestre del año el Producto Interno Bruto (PIB) tendrá un crecimiento positivo.

Además, el sector ferretero tiene a su favor el llevar al consumidor final productos que los hogares demandan de manera continua, al igual que lo hacen los profesionales (carpinteros, ebanistas, pintores, herreros y plomeros). A nivel industrial, también somos proveedores de una amplia gama de productos que las manufactureras requieren en sus procesos de fabricación.

Por otro lado, hemos trabajado en la diversificación de los canales de venta, sin importar el tamaño de nuestros negocios, en los que el uso y adaptación de la tecnología ha sido crucial. Es pues momento de afianzar nuestras fortalezas y diluir nuestros puntos débiles. 

Eduardo Casanova Islas

Presidente del Consejo Editorial