La burbuja inflacionaria registrada entre 2021 y buena parte de 2022 en México y el mundo también se reflejó en el costo de los materiales para la construcción, cuyo índice de precios general avanzó 17.37% y 8.83%, en el orden de los años referidos. En tanto, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue de 5.69% y 7.9%, respectivamente.

Las presiones al alza de precios se mantuvieron en 2023 y buena parte de 2024. En octubre del año pasado aún persistían incrementos por encima de la inflación general en algunos materiales para la construcción; como es el caso de los minerales no metálicos con un incremento interanual de 7.38%; el concreto premezclado, 7.70%, y los accesorios eléctricos con un 8.78 por ciento de aumento.

Estos incrementos han afectado los costos de las construcciones, de acuerdo con datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). Las empresas constructoras han buscado reducir sus costos mediante opciones como el empleo de materiales sostenibles y el uso de la inteligencia artificial (IA) en los procesos de desarrollo de los proyectos.

De acuerdo con CMIC, la construcción tuvo un crecimiento sexenal –con Andrés Manuel López Obrador– de solo 1% por la crisis sanitaria y la inflación galopante en los materiales de construcción, así como la concentración de la inversión pública en sus obras insignia: Tren Maya, Refinería de Dos Bocas y Aeropuerto Felipe Ángeles.

En el sexenio de Claudia Shein-baum las expectativas de los constructores son más optimistas, pues se espera que se dé mayor énfasis al desarrollo de infraestructura logística y carretera, así como a obras hidráulicas y de energía limpia, con una mayor participación de la inversión privada.