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Ferreteros de la calle de Corregidora

Entre coronavirus, marchas, plantones y cierre parcial de la calle más emblemática del sector ferretero en la CDMX.

Un conocido refrán dice “Cada quién habla como le va en la feria”; en el caso del sector ferretero, ubicado en la calle de Corregidora, aplica perfectamente ante la situación que se vive por la pandemia.

El sector ferretero fue señalado como actividad esencial —aquella considerada de vital importancia para el funcionamiento óptimo del país en situaciones de crisis— el 30 de marzo de 2020 cuando se declaró oficialmente la cuarentena en México, y aunque las estadísticas señalan que este año no ha sido malo para el gremio en términos de ventas, lo cierto es que tampoco ha salido intacto de la crisis sanitaria.

Por ejemplo, los negocios ferreteros ubicados en la calle de Corregidora, a un costado de Palacio Nacional, percibieron una caída impactante durante los primeros días de la pandemia en cuanto al flujo de transeúntes y potenciales clientes, debido al estricto control de acceso en el primer cuadro de la Ciudad de México (CDMX); además de estar sujetos a cierres escalonados (podían abrir cada tercer día) durante los meses de abril, mayo y junio.

Una vez superada la fase más crítica de la crisis sanitaria, la ciudad ha ido retomando sus actividades cotidianas de acuerdo con un semáforo: rojo, naranja, amarillo y verde, que responde al nivel de ocupación hospitalaria de cada entidad.

En la CDMX, el semáforo naranja se adoptó el 27 de junio y tres días después se permitió la reapertura generalizada de los negocios, aunque con restricciones de aforo al 30%, así como medidas de seguridad e higiene: la aplicación de gel antibacterial y la toma la temperatura al ingreso de cada establecimiento (incluso para caminar por algunas calles, entre ellas Corregidora).

El tránsito de personas se incrementó y, con ello, la oportunidad de subir las ventas. Pero el comportamiento de los ingresos para los locatarios ubicados en el emblemático corredor ferretero no ha sido igual para todos y cada uno de los negocios, como tampoco ha sido el mismo para las más de 63 mil ferreterías y tlapalerías que operan en el norte, centro y sur del país.

Es común que los dueños de negocios ferreteros foráneos, así como los profesionales de la plomería, carpintería, electricidad, albañilería, pintura y jardinería, entre otros, acudan a los establecimientos de Corregidora a buscar herramientas, refacciones y productos al mejor precio; sin embargo, a la restricción en la movilidad del semáforo naranja se suma el regreso de las constantes marchas, plantones y el control de visitantes para evitar aglomeraciones y riesgo de contagios en el primer cuadro de la CDMX, lo que dificulta la visita de compradores. Cabe anotar que, debido a las situaciones mencionadas, la estación Zócalo del metro está cerrada por lo que se debe caminar desde la estación Allende o Pino Suarez —ésta última con elevados niveles de inseguridad— lo que también ha contribuido a inhibir, de alguna manera, la llegada de más clientes a los establecimientos ferreteros, al igual que el cierre parcial de la calle.

Las medidas que han tomado para “salvar” sus negocios

En un recorrido realizado por Mundo Ferretero a lo largo de la calle de Corregidora, se observó un continuo ir y venir de personas, incluso algunos locales presentaban un flujo de clientes casi igual a como era antes de la pandemia, aunque es más el número de negocios que continúa reportando baja afluencia de posibles compradores.

Los encargados de las ferreterías nos comentaron que “aunque sus ventas sí han mejorado en los últimos meses, éstas se encuentran muy por debajo de las que reportaban en el primer trimestre de 2020”; algunos calculan hasta un 50% pues, dicen, “Se ve gente en los negocios ferreteros, pero sólo compran lo indispensable, es decir, el ticket de venta se ha mantenido bajo y no todos los que entran, compran”. En resumen, pese al cambio de semáforo y el “mayor tráfico” de consumidores, las ventas no se recuperan a niveles pre-pandemia y estiman que esta situación podría prolongarse hasta el segundo trimestre de 2021, sino es que hasta la segunda mitad del próximo año.

La consigna para todos los negocios ferreteros de Corregidora —y seguramente para los de todo el país— ha sido recuperar ventas y bajar gastos. Algunos encargados de las tiendas comentaron a Mundo Ferretero que para mejorar sus ingresos se han visto obligados a salir de sus establecimientos para atraer a los clientes, pero los resultados no han sido los deseados por lo que tuvieron que hacer algunos ajustes en sus gastos. Esto, en el caso de los negocios ferreteros más pequeños.

Los más grandes, con ventas al menudeo y mayoreo, han logrado salvar ingresos para cubrir gastos gracias a medidas como:

A) El ajuste en el sueldo de sus empleados. En general, no han tenido que recortar su plantilla laboral (aunque en algunos casos sí se ha dado).

B) El incremento de sus ventas por canales distintos a su tienda física.

Recordemos que el corredor de Corregidora es un punto en el que ferreteros de todo el país acuden a surtirse de productos para sus negocios, y que ante la restricción de movilidad han optado por hacer sus pedidos vía telefónica, WhatsApp, página web o de marketplaces: Mercado Libre y Amazon, acción que les ha funcionado muy bien tanto a compradores, como a vendedores. De hecho, para algunos, los ingresos derivados de las ventas en línea han sido cruciales para mantener a flote sus negocios y reconocen que este canal de ventas adquirirá cada vez más importancia. Esto, no obstante, no es algo en lo que todos los negocios ferreteros de Corregidora (ni del país) estén participando y aprovechando sus beneficios.

Los negocios más pequeños aún no han incursionado en el ecommerce, e incluso no es algo que estén contemplando en sus planes de negocio de corto y mediano plazo, mientras que otros, los que ya están participando de otros canales de venta, consideran que el comercio online llegó para quedarse. Cabe anotar que algunos encargados de ferreterías en Corregidora dijeron a Mundo Ferretero que los ingresos vía comercio electrónico han llegado a representar —a lo largo de esta crisis sanitaria— alrededor de un 60% del total de sus ventas.

Actualmente, Europa está entrando en la fase de reinfección; mientras tanto en México no asumimos este riesgo como una posibilidad, aunque al 4 de noviembre dos estados (Chihuahua y Durango) ya habían regresado al semáforo rojo.

La pandemia ha dejado algunas lecciones, y una de ellas es que todo negocio se debe anticipar a lo que sus clientes y el mercado demanda, y por ahora las ventas omnicanal con énfasis en el comercio en línea y entrega a domicilio parece ser lo prevaleciente.

 

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