Así, se ha hecho frecuente que familias y propietarios decidan embarcarse en proyectos de remodelación o construcción para hacer de su vivienda un lugar más adecuado para estas actividades, esto a través de la autoconstrucción. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI) de 2020, un 26.6% de viviendas particulares habitadas identificaron la necesidad de adaptar, remodelar o construir algún espacio de la vivienda en el contexto del coronavirus.
En México, el 70% de las obras son autoconstrucción y esta actividad repuntó durante la pandemia, mientras el mercado de las desarrolladoras se contrajo, como muchos otros mercados. Según la ENVI, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), un 12.3% de viviendas en México tuvieron gastos por mantenimiento en 2020 y un 4.1% por construcción. Asimismo, un 3% los tuvo por remodelación, 2.1% por ampliación y 1.9% por renovación, rehabilitación o reforzamiento estructural.
La autoconstrucción es una práctica de larga tradición en México, aunque es cierto que las condiciones de la pandemia de COVID-19 causaron un repunte en esta tendencia. Aunado a una necesidad mayor de adecuar la vivienda a las condiciones del trabajo o escuela a distancia, la autoconstrucción también repunta gracias a la disponibilidad de nuevos materiales de uso simplificado.